El CD Lugo regresaba al Anxo Carro con la necesidad de puntuar en su duelo ante la SD Ponferradina, clave en el devenir de ambos conjuntos. Los de Vélez incluían a Xavi Torres en el eje de la defensa, y a Baena en punta de ataque, como principales novedades en la formación inicial. Enfrente, una SD Ponferradina, necesitada de los puntos en juego, rival directo por la permanencia, y con los Derik, Vallejo, o Medina, como referencias en el once titular. El encuentro, enmarcado en una fantástica tarde de fútbol arrancaba intenso con opciones claras para los locales, muy laboriosos desde el pitido inicial. Con especial actividad en sus hombres de ataque, exhibiendo movilidad y ruptura en cada acción, los locales acercaban posiciones ante un rival ordenado y riguroso en la ocupación de los espacios.
La primera parte repartía el control del balón y de las ocasiones. Baena, de buen disparo desde la frontal, y Alberto, de potente cabezazo, probaban la fiabilidad de Amir bajo palos. Enfrente, los bercianos se acercaban a Whalley en ocasiones contadas, aunque con buena respuesta, tanto del meta, como de la zaga local. El CD Lugo ocupaba espacios con criterio, y las llegadas por costados se sucedían como herramienta principal de derribo ante una defensa solvente. Una gran volea de Baena, que se escapaba fuera por centímetros, y la presencia constante de Avilés en acciones de desborde y disparo, constituían los argumentos principales de un equipo trabajador, fuerte en la recuperación tras pérdida, y veloz en transiciones, pese a la escasa fortuna en la definición a gol.
La segunda mitad prometía una continuación del intercambio, con un conjunto local cada vez más entregado a la ruptura de espacios, y con la amenaza de la llegada lateral como clave de los acercamientos ofensivos. El trabajo de equilibrio en la zona medular permitía a los de Vélez ejercer una presión importante, y una presencia fundamental a la hora de buscar superioridades en creación. El esfuerzo colectivo resultaba un argumento de mucho peso de cara a combatir las armas de una Deportiva Ponferradina que añadía mordiente a su ataque con la entrada de Yuri.
Los minutos transcurrían y, pese a los esfuerzos realizados, el marcador no se veía modificado. Andoni probaba su opción, y Sebas hacía lo propio con un buen remate que, sin embargo, no encontraba la red blanquiazul. El equipo se volcaba, y hacían su ingreso durante la segunda mitad, El Hacen, Calavera, Zé Ricardo, Álex Pérez y Cuéllar. Oxígeno en vena para tratar de mantener el asedio sobre la portería rival, acrecentado con el paso de los minutos. De nuevo, un periodo con alternativas válidas y de nivel que, finalmente, no iban a cristalizar en tanto alguno, dejando un reparto de puntos estéril para los contrincantes.