Último partido de la temporada, y despedida del CD Lugo de la división de plata tras once temporadas consecutivas en la misma. Íñigo Vélez disponía para la ocasión un equipo con algunos cambios, con presencia en punta de Sebas Moyano, junto con Leandro Antonetti, bien apoyados por una línea de cuatro hombres, con Juanpe y Marc Carbó en el eje, con bandas para Baena e Idrissa Thiam. Enfrente, un Burgos CF de probada solvencia, en clasificación relajada, y que salía con los Caro, Mumo, Areso o Curro, en busca de la victoria en la despedida de su técnico, Julián Calero. Primeros minutos de verticalidad por ambos bandos, con especial atención a los movimientos de los activos ofensivos visitantes. Fruto del buen trabajo realizado en el arranque, llegaría la primera ocasión clara del partido, a favor del CD Lugo, con el penalti cometido sobre Sebas Moyano. Juanpe asumía la responsabilidad del lanzamiento, pero Caro lograba adivinar la intención del medio, y abortaba el intento de fenomenal parada.
La primera mitad continuaba disputada, entre la búsqueda de la verticalidad visitante, y el control de los espacios por parte local. Los de Calero trataban de hacerse fuertes en la recuperación y salida veloz sobre puntas, con combinaciones ágiles a partir de la línea de tres cuartos, logrando generar algunas ocasiones, sin suerte en la definición. Por parte albivermella, la prioridad en la búsqueda de los duelos individuales sobre costados llevaba al equipo a avanzar con solidez y en pocos toques sobre territorio enemigo. Así, al borde del descanso, y tras varios intentos frustrados por un Caro gigante, Sebas Moyano aprovechaba un balón largo para plantarse con rapidez frente al meta andaluz, batiéndole en su salida de certero remate. Victoria momentánea muy merecida.
La segunda parte compondría un escenario de idéntica exigencia, con los locales buscando la igualada frente a un CD Lugo seguro y ordenado en todas las facetas del juego. A las ocasiones generadas por la acción del frente de ataque, con un muy activo Sebas Moyano, se unía la precisión en defensa de los albivermellos frente a las acometidas rivales. Un equilibrio con el que los de Vélez mostraban su rostro más práctico y seguro para defender un resultado conseguido con altas dosis de trabajo. Guedes, Avilés, Andoni y Pantic hacían su ingreso en esta segunda mitad para añadir fuerza y empuje al equipo, sumando piernas y oxígeno a la contienda. El serbio lograría alojar el esférico en las mallas tras un saque de esquina, pero el colegiado invalidaba la jugada tras consulta con el VAR.
El final del encuentro traería una actuación brillante por parte del conjunto amurallado que, completando un partido de alto nivel en todos los aspectos, lograría imponerse en el último choque de temporada, ofreciendo, por fin, la tan ansiada victoria a una afición que, en el partido 500 del equipo en la categoría, también acompañó a los suyos. Una victoria que, sin tener efectos en lo clasificatorio, permitía finalizar con anheladas sensaciones que, pronto, esperan volver a vivirse en el Anxo Carro. El encuentro remataba con el abrazo entre equipo y siareiros, con la esperanza compartida de regresar lo antes posible al fútbol profesional.

