Un choque de intensidad y emociones fuertes el que se intuía en la tarde de hoy en Montilivi. El CD Lugo llegaba al feudo rojiblanco con el objetivo de lograr su primera victoria fuera de casa tras el respaldo del último triunfo logrado en el Anxo Carro ante el CD Tenerife como aval. Luis Milla disponía un equipo con la dupla Seoane – Pita como eje, acompañados por David López en medular, Iriome y J.Pereira como apoyo en ataque al punta Caballero, y la vuelta de Israel Puerto al eje de la zaga como novedad. Primeros minutos de tanteo con ambos equipos buscando el desnivel contrario a través del juego por banda y la ruptura exterior.
El CD Lugo inició su control del juego alternando salida combinada, con buenos apoyos de medular en los primeros pases, con envíos más directos buscando en pocos movimientos la llegada a zona de remate o último pase. La intensidad de los visitantes chocaba con un Girona FC ordenado, rápido en carriles interiores, y que tenía en Felipe, Borja García y Alcaraz, sus hombres más dinámicos hasta el momento. Los de Machín trataban de romper la línea de retaguardia rival con cambios de orientación e incorporaciones laterales tras basculación, pero el cuadro lucense gestionaba con eficacia la cobertura de espacios y las marcas en la situación propuesta.
Con el CD Lugo buscando la superioridad en zona de creación, apoyando la labor de salida con ambos laterales y la movilidad de Iriome en los ofrecimientos, el cuadro local veía reducida su capacidad de sorpresa a los envíos al espacio para sus hombre más veloces, suerte bien resulta por los de Milla. Los acercamientos más peligrosos corrían a cargo de Lejeune, el central buscó hasta en tres ocasiones, el remate lejano sin suerte, encontrando un gran José Juan enfrente, muy seguro durante toda la tarde. El juego se dividía entre ambos bandos y la intención del CD Lugo no encontraba su acierto entre una línea de medios excesivamente poblada y difícil de superar.
La parte final del primer periodo mantuvo una igualdad matemática en el protagonismo desempeñado por ambos conjuntos, con un CD Lugo ambicioso en cuanto al orden sobre el choque, pero desafortunado en el enganche con su zona de ataque. El Girona FC, afanado en encontrar el premio en balones cruzados y envíos directos sobre la carrera de Aday y Llonch, mostró en este periodo un punto más de agresividad y hambre en el juego que obligó a los visitantes a reforzar posiciones en defensa, aunque sin desequilibrar el esqueleto de una formación que buscó la ventaja desde el dominio.
La segunda mitad arrancaba con sensaciones diferentes para los contendientes. Doble cambio en el Girona FC y entrada de Álamo y Granell para sumar efectivos cerca del área visitante. Los de Machín subieron un punto la intensidad del ataque, y rozaron el tanto en dos ocasiones, merced a disparos lejanos pero muy intencionados. Una marcha más, y la obligatoriedad para el CD Lugo de contemporizar la situación de juego. Mucho orden atrás, y buen trabajo de los hombres más adelantados para abrir vías de ruptura tras recuperación.
Luis Milla movía el banquillo y sumaba una pieza de peso al engranaje creativo del equipo. Sergio Marcos sustituía a David López, y se colocaba por delante de la línea de dos para dar claridad al enlace con Pereira y Caballero. Medida que dejaba a las claras las intenciones del equipo en un partido que se había tornado más dinámico, menos lineal de lo visto hasta el momento. Iriome lo intentaba por banda derecha, ofreciéndose como alternativa en velocidad y uno contra uno, pero el Girona FC mantenía una ritmo de repliegue y recuperación de espacio que dificultaba la aparición de extremo.
La segunda mitad no decrecía en ritmo con el paso de los minutos; al contrario, el choque subía de temperatura y el conjunto local echaba el resto en encontrar la ventaja en el electrónico. Con Álamo y Felipe apoyando la entrada por el carril derecho, el cuadro catalán mostró su perfil más ofensivo. De nuevo, Luis Milla movía el banquillo y daba entrada a Ferreiro y Lemos para apuntalar un ataque por banda que permitiera encontrar las grietas en una zaga rival difícilmente superable hasta ese momento.
Pero sería en una acción genial en la que el CD Lugo encontraría su llave maestra. Situación lejana, Sergio Marcos al golpeo, y golazo en un lanzamiento de muchos metros que superaba a Isaac Becerra en una ejecución de oro y que terminaba valiendo tres puntos importantísimos para el cuadro lucense. El final del encuentro pasaba a dominios de los de Milla, que gestionaron los ritmos del partido con eficacia y seguridad en retaguardia, y rigor con el balón, para finiquitar un choque que coloca al equipo en la parte noble de la tabla.
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