Se estrenaba el CD Lugo en un escenario como el estadio Metropolitano, que albergará la final de la Champions League esta temporada, y lo hacía ante un debutante en la categoría, el Rayo Majadahonda.
Con los majariegos el único precedente de los años 90, cuando Alvite aún corría por la banda y no ejercía de delegado como en la actualidad. Por estilos de juego se esperaba una batalla por el esférico, como advirtieron los entrenadores en la previa, y en eso se convirtió el duelo disputado en la capital. Quizás por familiaridad con el escenario, aunque fuese su segunda ocasión en el mismo, o por ese atrevimiento que se les advierte a los del noroeste de Madrid, los primeros duelos por el balón fueron para los de Iriondo.
El Rayo Majadahonda dispuso de ocasiones en los pies de Iza y sobre todo de la dupla de Aitores en el primer tramo del parcial inaugural. Resistía un Lugo espoleado por una buena mano de Juan Carlos al 19 majariego, pero no conseguía abrir vía de agua en la retaguardia de los rayistas. Ese dominio territorial del arranque fue el preludio del primer tanto de los madrileños, que llegó por insistencia. Fue Aitor García quién adelanto a los locales con un potente disparo que se coló cerca de la escuadra derecha sin que pudiese hacer nada Juan Carlos.
El gol fue un buen remedio a toda la anestesia del entorno y el escenario. Los de Javi López comenzaron a avanzar filas en busca del empate y desde ese momento el balón y los tiempos de partido comenzaron a ser propiedad de los lucenses. El Rayo Majadahonda, por su parte, buscaba la espalda de la defensa adelantada que ya había propuesto el conjunto amurallado desde el inicio del choque. El dominio en ese último cuarto fue estéril pues no tuvo fruto en forma de gol. Los más cerca un lanzamiento de falta de Pita tras el que Pulido Santana indicó el camino a los vestuarios.
La reanudación comenzó con los locales intentando calcar el inicio del partido, con muchos hombres sumados al ataque y buscando el juego vertical. Para cambiar la partida Javi López efectuó un doble cambio dando entrada a Escriche y Cristian Herrera en lugar de Jona y Dongou. La apuesta de los lucenses por el empate era decidida, adelantando mucho al equipo, con el riesgo que ello conlleva. Los majariegos buscaron matar el partido continuamente en las espaldas de la defensa albivermella, pero Juan Carlos en dos grandes salidas ante Aitor mantuvo con vida a los suyos.
El empate estuvo muy cerca, primero con un lanzamiento de falta de Pita que sacó con apuros Basilio a córner. En el lanzamiento desde la esquina el balón, tras tocar en el brazo de Verdés en una acción merecedora de penalti, la pelota le cayó a José Carlos que no pudo remachar porque el balón se quedó atrás. Lo siguió intentando un Lugo muy vertical con la entrada de Lazo, pero el esfuerzo en esta ocasión fue insuficiente. En esta ocasión los detalles fueron decisivos y la mayor efectividad de los majariegos les dió los tres puntos. Ahora toca pensar en el compromiso copero de Albacete el jueves, siguiente de los retos de esta semana llena de partidos.
